Máximo Thomsen, uno de los rugbistas condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa. Después de 4 años, contó detalles de lo ocurrido aquella noche y lo que siente tras la sentencia.
Fue condenado a cadena perpetua por el crimen de Fernando Báez Sosa, hijo de paraguayos. El asesinato a golpizas perpetrado por jóvenes rugbistas ocurrió el 18 de enero del 2020 en la localidad de Villa Gesell, en Argentina.
Cuatro años después, Máximo Thomsen rompió el silencio y brindó una entrevista televisiva desde la cárcel. En la misma contó sus inicios en el rugby y sostuvo que lo ocurrido no tiene nada que ver con dicho deporte y más bien la cuestión de la violencia es referente a lo social.
“El grupo de Gesell era ocasional solo para las vacaciones. Había peleas, me he peleado y es algo que traté con el psicólogo. Era aprender a pelear o que te pasen por arriba. Nunca pensé que podía matar a alguien”, dijo Thomsen en relación al grupo con el que compartía en aquel verano del 2020.
Sostuvo que no consume drogas, pero sí alcohol y aquella noche había tomado fernet. “En ese momento era mi manera de divertirme, hoy no lo veo así. Mi necesidad era tomar algo para soltarme. Llegué borracho (a la discoteca)”.
Relató además que nunca tuvo contacto visual con Fernando Báez dentro de la discoteca y que no se peleó dentro de ella. Según lo que indicó, su participación se dio fuera del lugar. “Mis amigos se agarraron a piñas, es la pelea que filma Lucas Pertossi. Nunca hablamos de ir a buscar a Fernando. Enzo Comelli le pegó la primera piña a. Después me enteré que yo le había pegado. Es algo que pasó, no me voy a esconder de eso. Desde el primer día quise contar todo, pero no me dieron la oportunidad. Quería contar que fui partícipe pero no quería matar”, precisó.
Fuente: HOY