Técnicos en mantenimiento llegaron ayer hasta el distrito de Humaitá para liberar las ruinas de las malezas que amenazan con desplomar la estructura del otrora templo San Carlos Borromeo.
Por Juan José Brull: diario ÚLTIMA HORA.
Luego de los numerosos reclamos de las autoridades locales, técnicos en mantenimiento de Jesús y Trinidad llegaron ayer hasta el distrito de Humaitá.
Julio Caballero, intendente de Humaitá, señaló que tras un año de reclamo se pudo realizar la limpieza y erradicación de malezas que crecían en las paredes de este patrimonio nacional.
Los técnicos, llegados de Itapúa, se encargaron de dicha tarea, que consistió en la fumigación con herbicidas en el sitio donde crecían las plantas.
La presencia de estos especialistas también sirvió para que funcionarios de la Comuna local recibieran un adiestramiento sobre cómo proceder ante la posibilidad del rebrote de malezas.
Caballero expresó su preocupación por lo observado por los expertos de Jesús y Trinidad. Se trata de una peligrosa fisura que se observa en parte de la estructura de esta reliquia, por lo que amerita una urgente intervención de parte de la Secretaría Nacional de Cultura (SNC).
La grieta puede provocar la caída de parte de la estructura de este patrimonio histórico. El próximo 17 de julio –según el jefe comunal– llegarán a Humaitá referentes de la SNC para realizar un diagnóstico de lo que se debe hacer para preservar la histórica ruina.
Este edificio había sido construido e inaugurado durante el gobierno de don Carlos Antonio López, el 1 de enero de 1861 en honor al pueblo humaiteño y su santo patrono San Carlos Borromeo. Es un símbolo de la resistencia durante la Guerra contra la Triple Alianza.
Fue destruido a cañonazos por los aliados durante la contienda. Hoy sus paredes testimonian el heroísmo, valentía y fortaleza de un pueblo que defendió con su vida la soberanía e independencia de su amado terruño.