La detección del virus que transporta el mosquito permitirá hacer los bloqueos dos meses antes de que se inicie un brote de la enfermedad. Es el primer centro moderno de la región a cargo de salud pública.
Anticiparse a epidemias de dengue y analizar la resistencia del vector a los insecticidas son solo algunas de las funciones que cumplirá el nuevo laboratorio de biología molecular del Servicio Nacional de Erradicación del Paludismo (Senepa) del Ministerio de Salud Pública (MSP).
La dependencia es la primera de la región en su tipo a cargo del sector público. Tras una millonaria inversión en equipos y reactivos, se estima que dentro de unos meses empezará a funcionar, lo cual se dará luego de la capacitación a la bióloga Florencia López, encargada del laboratorio, en un centro especializado del exterior.
¿PREDECIR? La investigación apunta a detectar patógenos (causantes de enfermedades) circulantes en los vectores, como, por ejemplo, el virus del dengue. El objetivo es que tras la detección se haga una intervención inmediata para impedir brotes, explicó la encargada del laboratorio.
Los funcionarios del Senepa se dedicarán a cazar al vector, para que posteriormente sea analizado en el laboratorio. Si se registra que los mosquitos de determinada zona ya están infectados, se podrá alertar a la población e intensificar la lucha para evitar la transmisión de la enfermedad, destacó el doctor Nicolás Aguayo, titular de la dependencia.
En el periodo interepidémico (cuando disminuyen casos) se harán las pruebas en distintas localidades. Según los estudios, una vez que se constata que un vector tiene el virus, hay un plazo de dos meses en el cual recién aparecen los primeros reportes de casos febriles, este factor permitirá parar un eventual brote epidémico. Antes que aparezcan los primeros enfermos, se hará el bloqueo químico.
La nueva dependencia permitirá dar un respiro a la población ante el avance del dengue, al cual se suman el zika y chikungunya.
evolución. Con el paso del tiempo los vectores se adaptan y resisten a las moléculas de los insecticidas, esto lo demuestra el último estudio que se realizó en el 2014, por lo que se optó por cambiar el producto para combatir al agente transmisor.
Con la nueva instalación, no se necesitará enviar muestras al extranjero, sino que se hará en casa, destacó Aguayo. «La resistencia a insecticidas se define como la habilidad de ciertos individuos de una determinada especie a resistir a dosis tóxicas de sustancias», explicó López.
Uno de los mecanismos de resistencia a piretroides (pesticidas) en insectos se conoce como knock down (KDR). En el laboratorio, se podrá determinar si el Aedes aegypti y el Anopheles poseen mutaciones KDR que permitan alertar sobre la probable resistencia. El análisis se hará 2 veces al año.
Finalmente, se prevé expandir los análisis moleculares para otros vectores en la transmisión de enfermedades, como la vinchuca y leishmaniosis. Además, se harán diagnósticos para investigación.
Fuente: Última Hora