«Hasta pronto che valle porã, te extrañaré, pero volveré»

Si bien las fiestas de fin de año suelen ser momentos de reencuentros familiares y de amigos, rápidamente llega esa sensación amarga donde la tristeza e impotencia, invaden rostros de madres al repetirse la partida de sus hijos. «El desarraigo» por la falta de oportunidades laborales tan latente en Misiones y en el país, un fenómeno social que no supieron resolver los sucesivos gobiernos.

Por Esneider Meza Enciso.

El nudo en la garganta disfrazado en tímida sonrisa en la espera del bus con destino a Bs.As., es la constante en estas fechas en Misiones y prácticamente en todo el país.

Es así, que en la paradas de ómnibus de larga distancia, vemos a diferentes generaciones de paraguayos preparados otra vez para enfrentar la realidad.

Probable que la mayoría quisiera llevar un pedazo de todo lo bello que ha vivido en el rodeo familiar o de amigos, por más que allá espera mejores condiciones de vida desde lo laboral y por ende económico, el calor familiar  y el olor del «che valle porã», son insustituibles.

Aunque la esperanza de volver rápido se mantiene latente revolviendo fechas más cercanas como, «Semana Santa, Día de la Madre o próximo fin de año» y un poco más en el fondo de los sueños, el plan de la «vuelta definitiva» quizás con montones de dudas, pero sueño al fin.

Montones de dudas (…) claro, dudas porque en el ambiente no se escuchan estrategias gubernamentales para que los paraguayos residentes en otros países retornen.

Este es un problema que no supieron resolver ni detener los sucesivos gobiernos que pasaron, sumado al actual, que tampoco muestra señas claras para combatir la emigración, prueba de ello es que a pesar de la estrepitosa desvalorización del peso argentino, el vecino país sigue siendo mejor opción para muchos de nuestros jóvenes.

Nos resta desear mucho éxito a todos nuestros compatriotas esparcidos por el mundo, que sea un 2020 fructífero y hasta pronto.