Becas; unos que piden sin merecerlos, otros que otorgan irracionalmente

En Misiones siempre ha sido complicado el tema de las becas, de cualquiera de las instituciones, (Gobernación, Yacyretá, Secretaria Nacional de la Juventud u otros) históricamente siempre hubo denuncias de la irracional distribución de la misma, pasaron los otros hombres (administradores de la plata de todos) pero las mañas quedaron y otros se están preparando para la misma práctica. Unas de las tantas formas que pone en práctica la sencilla frase »dime con quién andas y te diré quien eres», es que van de la mano, el que pide la supuesta ayuda miente, y el que sabe que no necesita pero que de igual manera da, también, una asociación de inescrupulosos que se aprovechan de momentos venturosos sin importarles los que lloran afuera.

Sin dudas, Derlis Maidana, Gobernador de Misiones hizo lo mismo con muchos jóvenes de nuestro departamento, algunos de ellos fueron engañados y otros engañaron. Cuando se hizo la selección de los beneficiarios para las becas que otorga Yacyretá, se pudo filtrar nuevamente óxidos de la mano negra, se premió a falsificadores de firmas que tenían que estar privada de su libertad por incurrir en delitos y se dejó fuera a jóvenes hijos de agricultores con excelentes calificaciones que sí merecían, buscaron estrategias asquerosamente, por poco no inventaron nombres para no ser pillados, modificaron órdenes de los apellidos, pero uno al introducir los números de sus cédulas, se encuentra con que las mismas son funcionarias públicas, que en un gobierno serio no pueden estar en el orden de prioridad haciendo comparación con otros humildes estudiantes.

Que incomodo resulta ser, para las dos partes, el que pide injustamente, pierde toda autoridad moral, demuestra su inutilidad y servilismo vendiendo su dignidad por 1.500.000 o 3.000.000 de guaraníes para ser obligadas a defender al patrón, se convierten en esclavos modernos sujetos al amo y al próximo amo, su futuro es claro, lo volverá hacer con quien venga.

Así no se construye un país, un departamento o ciudad, así no se construye un liderazgo. El que da es querido por lo que da y hasta donde da, el que pide injustamente pierde la libertad y la dignidad eternamente, son dos caminos que desvían de las más grandes virtudes del hombre.

No hay nada más triste ver, escuchar o leer a un joven resignado, que no es capaz de luchar por un ideal por preferir el estado de confort, que teniendo la posibilidad de gritar, prefiere el silencio cómplice y pusilánime, avalando la desigualdad y alimentando la corrupción.

Lastimosamente, muchos de nuestros jóvenes cayeron en ese vicio fatal y barato, si barato, le resulta al gobernante un precio cómodo para aniquilar el espíritu crítico de una persona. Por eso, el que pide becas, tendrá que merecerlo, es más esperanzador tal práctica, así podrá reclamar lo que crea que está mal sin ninguna atadura y a quien sea.

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